viernes, 22 de octubre de 2010

VIAJE A LA MARINA


Esta es nuestra segunda salida de vacaciones, Inma tenía que trabajar el sábado por lo que no salimos hasta la tarde. Como era un viaje de 1000 km, lo que hicimos es salir sobre las 18:00 horas, para ir con tranquilidad y parar para cenar, dormir y desayunar.
El viaje una maravilla, era la primera vez que salíamos con esta caravana. Su tamaño es más grande, ya que es una CARAVELAIR ANTARES 426, que ya no parece tan pequeña al lado de nuestro coche.
Nuestro destino fue el Camping La Marina, de primera clase y que para nosotros es de lo mejor que se encuentra en España.
Sus instalaciones son impresionantes, con una parcelas de tres dimensiones diferentes. Nosotros siempre cogemos la gran confor de mayor tamaño y por lo tanto mejor situadas.

Tiene unos cuartos de baño, que están tan limpios, que parece que los estamos estrenando todos los días.
El supermercado es muy completo y sus precios son razonables, no tienen de todo pero sí lo necesario.
Lo mejor son la piscina y la animación.

La dimensión de la piscina es gigante, está formada por varios ambientes, con varias alturas, con una profundidad máxima de 1,30.

La animación es lo mejor ya que los niños tienen siempre actividades por la mañana y por la tarde, lo que hace que los padres tengan tiempo libre para sus cosas.
Cuando finaliza el verano empiezan a bajar extranjeros que montan auténticas maravillas, como un holandés, que le llevaba montar todo una semana, con dos caravanas, sofás de Ikea, muebles, fíjaros en la foto.


También hay españolitos que traen tantas cosas que sorprende que puedan meterlo en una plaza, el de la foto traía colchón y tantas cosas que al final consiguión meter coche, tienda, caravana y avance.

También los hay que no se preocupan mucho de la estética y lo que importa es tener mucho y cerca.

Para otros es más fácil, ya que ahora las tiendas son una preciosidad, esto en mi tiempo no lo había. Seguro que pesa menos que mi canadiense de cuatro plazas, que cada vez que la llevabamos de paseo, nos rompía la espalda.

La playa queda muy cerca del camping, sobre 800 metros, y la dirección para facilitar el traslado pone a disposición de los campistas una gua-gua eléctrica que te lleva en un suspiro. La playa es lisa y sobre todo muy larga, lo que permite grandes paseos.
Por cierto dejan hacer barbacoa sin problema, siempre respetando al vecino.
El restaurante hace unas paellas de miedo, ricas y muy bien de precio.
Es nuestro segundo año y estamos esperando volver el año que viene. Los niños no quieren saber de ningún otro sitio, están enamorados del camping y de sus gentes.
¡¡¡os lo recomendamos¡¡¡